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Diario de escritura

Llamadas : Es viernes, estoy merendando, suena el teléfono. “Hola, Lu! Como te cuesta agarrar el teléfono, eh” me dice mi abuela en tono juguetón del otro lado de la línea, le contesto que hablamos hace apenas tres días, a lo que ella replica que le parece una eternidad.  La llamada dura una media hora -teníamos mucho de que hablar con tantos días incomunicadas-. Sábado:  Son alrededor de las cuatro de la tarde, marco el único número fijo que sé, me contesta una voz dormida que apenas dice “¿hola?”, es mi abuelo, mi llamada interrumpió la siesta que estaba tomando, lo que me hace sentir un poco mal, pero que él me asegura que esta bien, que no me preocupe, que ya durmió lo suficiente.  Hablamos poco tiempo pues siento que sigue cansado y sospecho que cuando la llamada termine volverá a la cama e intentará dormir otra vez. Domingo: Mientras estamos almorzando suena el teléfono. Mi padre se levanta de la mesa y atiende. “Hola suegra” dice, habla un rato y lo escucho

Subjuntivo

Luego de leer el cuento “Subjuntivo” de Juan Sasturain escribo aquí una nota de lectura. Para empezar, el cuento esta narrado de forma subjuntiva, lo que hace que, de cierta forma, el lector se sienta un poco como protagonista de la historia.  En el cuento se relata como una persona se despierta en un cuarto que no reconoce, y además, no recuerda nada, solo siente un leve dolor. Mi primera hipótesis es que tiene amnesia, y que está en un hospital. A medida que el cuento va avanzando, el protagonista va viviendo experiencias desconocidas pero que no cuestiona, solo deja dócilmente que le sucedan. Aquí mi hipótesis se modifica un poco, me hace preguntarme por qué tiene esa postura tan sumisa, por qué no duda de nada y no cuestiona a nadie. Luego lo introducen a subjuntivo, un hombre que le entrega un sobre con una foto y le dice que investigue quienes son los que aparecen en ella y por qué están ahí, y así lo hace.  Acá mi hipótesis vuelve a flaquear: ¿quién es este hombre?

Diario de escritura

Miércoles: Son las cinco. Voy al teléfono fijo y marco el número de la casa de mis abuelos, contesta mi abuela, escucho su voz cansada, hoy estuvo pintando me cuenta. Hablamos de eso y nos ponemos al día. Jueves: Es el mediodía, estoy leyendo un apunte, suena el teléfono: es mi abuela. Me cuenta que por fin terminaron de pintar. La escucho contenta. De fondo mi abuelo grita un “¡te extraño Lu!” Charlamos unos quince minutos, el hambre me hizo ponerle fin a la llamada. Viernes: ¡Ya son las diez! El día se me pasó muy rápido, olvidé llamar a mis abuelos... Sábado: Once y media me despierta el sonido del teléfono... “Lu, ¡hoy pueden salir tus hermanas a caminar!” Me recuerda mi abuela. Le agradezco el llamado y le corto rápido, sigo un poco dormida. Domingo: Mamá prepara un guiso de lentejas que prácticamente me obliga a llamar a mi abuelo. Contesta él, le espeto: “¡Extraño tus lentejas, abuelo!”. Escucho que se ríe y a mi abuela diciendo “llegué a escuchar lo

Nueva tesis sobre el cuento

En estas tesis, Piglia se quiere centrar en el final de los cuentos, inspirado en Borges y su capacidad de concluir una texto con ambigüedad, sorpresa, pero con un cierre inevitable. Cuenta que para él los principios son difíciles pero los finales son obvios en un sentido, involuntarios. Los principios pueden parecer torpes, ridículos, pero a medida que se llega al final todo va tomando forma, cuerpo y se concluye en un final certero, casi premeditado. Hay una historia que él cree puede ser vista como una fantástica síntesis de la conclusión de un relato, en la cual la obra se cierra al revés, hay una expectativa  y la solución es inversa a lo que el sentido común va a esperar que pase. La solución puede ser vista como una paradoja pero no siempre lo es (como en este caso). Piglia se pregunta cómo hubiera concluido Kafka a la historia anterior, siendo él un maestro en el arte de los finales infinitos y todas las dudas que nos hubieran quedado frente al final que él hubiera propuesto

Continuación de Fe

Los siguientes son tres microrrelatos de tres géneros distintos en continuación del microcuento “ Fe ”: Escuchó un “perdón” en su cabeza     acompañado del sonido del mar y mucho viento.   Logró entender lo que había sucedido cuando la migraña lo azotó, seguida de escalofríos y la sensación de ahogo. Su conexión se había roto. (Fantástico). “Ya no recibo tus mensajes a través del viento... ¿Por qué lo hiciste? No logro entenderlo, nadie sospechaba de lo nuestro.(...)” (Fragmento de carta). Puedo verte, yéndote a dormir con los ojos hinchados, despertándote con lágrimas en tus mejillas.  Espero sepas, que lo hice para protegerte y aquí espero paciente por ti.  Te amo por siempre. (Maravilloso).